Descripción
Las geodas y drusas son productos naturales extraídos en el estado de las minas y todas tienen diferentes tamaños y formas.
La Amatista, de tonalidades moradas, es un cristal al que se le atribuye un abanico enorme de beneficios y propiedades, entre las que destacan:
Es extraordinariamente poderosa y protectora, con una elevada vibración espiritual. Protege del ataque psíquico, transmutando la energía en amor.
Siendo un tranquilizante natural, la Amatista bloquea las tensiones geopáticas y las energías ambientales negativas.
Su serenidad potencia los estados elevados de conciencia y meditación. Tiene grandes poderes curativos y limpiadores, y potencia la conciencia espiritual.
La Amatista es extremadamente beneficiosa para la mente, relajándola o estimulándola según resulte adecuado.
Mentalmente, ayuda sentirse más enfocado y con control de tus facultades. Potencia la asimilación de nuevas ideas y conecta la causa con el efecto. Potencia la memoria y la motivación.
Es de ayuda en los casos de insomnio y protege de las pesadillas recurrentes.
Disipa la ira, el miedo, la furia y la ansiedad. Aliviando la tristeza y la pena. Ayuda a integrar las pérdidas.
Es uno de los cristales más espirituales. Promueve el amor a lo divino, ofreciendo vislumbres de tu verdadera naturaleza y potenciando la sabiduría espiritual.
La Amatista es excelente para meditar y para usarla como bola de cristal, y puede situarse en el tercer ojo para estimularlo.
Equilibra y conecta los cuerpos físico, emocional y mental, vinculándolos con el espiritual. Limpia el aura y transmuta la energía negativa, estimulando los chakras de la garganta y de la coronilla.
Las drusas son acumuladores energéticos.
También nos sirven para cargar y limpiar los cristales pequeños que solemos llevar puestos; bastará con situarlos sobre la superficie de la drusa durante unas horas de vez en cuando.
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